Las tecnologías que están cambiando la cara de la atención en salud

Fuente: Diario Financiero Ver Aquí

Expertos chilenos están trabajando en el desarrollo de herramientas tecnológicas e innovaciones para ayudar al sistema a dar el salto al futuro.

Por Claudia Marín

Aunque el gasto en salud en el país está subiendo y se acerca a los parámetros OCDE, aún hay temas de gestión y atención por resolver, en los que expertos chilenos están trabajando en el desarrollo de tecnologías para ayudar al sistema a dar el salto al futuro.

Ejemplo de ello es lo que está ocurriendo en el Hospital Félix Bulnes, donde se está probando un sistema para optimizar las solicitudes de interconsultas internas que se generan para los pacientes hospitalizados, y que se generó en otro centro asistencia, el Hospital Salvador, en donde un grupo de investigadores del Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) determinó, utilizando ciencia de datos, que había “falencias en la atención de la demanda interna por problemas de coordinación para satisfacer las necesidades de procedimientos terapéuticos y de diagnóstico”, explica Eduardo Álvarez, académico de la Universidad de Talca y líder del proyecto.

El problema radicaba en que la mitad de las solicitudes llegaba a los especialistas dos días después de su emisión, tras un largo proceso de generación en papel, escaneo y envío a la gestora de interconsultas, encargada de tramitar y registrar estos requerimientos en un archivo Excel. Como consecuencia, agrega Álvarez, los pacientes podían esperar atención por días, ocupando camas que podrían destinarse a otros usuarios.

El diagnóstico mostró también que el servicio más crítico era el de imagenología. “Tenía grandes brechas, con pacientes que podían pasar hasta seis días esperando no sólo que se le hicieran los exámenes, sino también que se realizara la lectura de éste por un radiólogo”, cuenta el investigador.

En respuesta, el ISCI creó un sistema para realizar la solicitud de interconsultas vía web, donde el especialista puede recibirlas directamente y agendar su respuesta, en un proceso automatizado y capaz de establecer prioridades, que reduce el tiempo de gestión. El módulo, que se agregó a la herramienta informática que ya tenía el hospital, considera características clínicas para efectuar el examen, y una vez que se realiza, lo asigna a un radiólogo asegurando un balance de trabajo entre los médicos.

Tras una marcha blanca en diciembre pasado, se definió que el tiempo límite de recepción de una solicitud debía ser de un día y se determinó que el 32,7% de las estadías evitables en ese mes era causado por interconsultas fuera de tiempo. Álvarez espera que, a la larga, sea habitual el uso de sistemas de información en el sistema público para la gestión de la demanda interna.

Inteligencia artificial para evitar la pérdida de horas

En Chile, el 40% de las horas médicas reservadas se pierde por olvido y falta de comunicación oportuna, lo que sólo en el sistema privado genera pérdidas por US$ 1.440 millones al año, explica Matthew Lydiatt, gerente comercial de Eniax, empresa que nació en 2016 para resolver este problema.

A través del uso de inteligencia artificial, desarrollaron a “Patricia”, una asistente digital omnicanal de salud, que centraliza toda la comunicación con el paciente y aprende de los diálogos para automatizar las respuestas repetitivas, que pueden alcanzar al 99% del total, liberando con esto al personal para abordar los casos de mayor valor y complejidad. Ese es sólo el primer nivel en las potencialidades de la inteligencia artificial.

“El segundo permite agrupar (clusterizar) pacientes y predecir su comportamiento en base a su experiencia en gran cantidad de data, posibilitando optimizar la oferta médica”, explica el ejecutivo.

La Clínica Dávila fue la primera en sumar a Patricia entre sus filas y hoy la empresa trabaja en “casi todas las clínicas privadas grandes de Chile”, dice Lydiatt. Sus resultados, destaca, han permitido a sus clientes reducir el ausentismo hasta en 25%, multiplicando por tres las confirmaciones, aumentando la productividad 20 veces, disminuyendo costos e incrementando la experiencia de atención de los pacientes al 90%.

Mensualmente, la asistente digital atiende a casi 1,7 millones de usuarios y su alcance traspasó las fronteras, pues la firma ya está operando en el sector privado de salud de Perú.

Lydiatt comenta que el trabajo con cada clínica requiere una relación muy cercana, “ya que cada una tiene desafíos y objetivos distintos, por lo que es necesario adaptar el entrenamiento de Patricia a cada realidad y ‘enseñarle’ cosas específicas en cada cliente”. Así, el proceso de implementación es un proyecto de largo plazo y gradual.

Ahora, la empresa está planeando su expansión a los mercados de España y Estados Unidos, pero no sólo eso: “Estamos intentando aportar con nuestra tecnología en la salud pública, donde estamos seguros de que tendría un gigantesco impacto”, afirma Lydiatt.

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